La obesidad y la pérdida auditiva. Según la OMS, más de 650 millones de personas en todo el mundo padecían obesidad en 2016. Este problema de salud afecta a personas de todas las edades y sexos, y puede tener graves consecuencias para la salud general, incluyendo cardiopatías, diabetes, problemas vasculares, musculares y óseos. Un vínculo menos conocido pero igualmente preocupante es el que existe entre la obesidad y la pérdida auditiva.
Relación de la obesidad con la salud auditiva
Los oídos necesitan un flujo saludable de sangre y oxígeno para funcionar adecuadamente. La obesidad obliga al corazón a utilizar más energía para bombear sangre, lo que reduce el flujo sanguíneo a la cóclea. Esto deja vulnerables a las pequeñas células ciliadas, que una vez dañadas, no pueden regenerarse ni tratarse, disminuyendo gradualmente su función.
La reducción de la circulación sanguínea provoca que los oídos se vean afectados, al ser rápidamente despojados de los nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento. Los primeros síntomas de la pérdida auditiva suelen ser imperceptibles, empezando por la disminución de las frecuencias más altas de sonido. Por ello, es crucial acudir a un especialista ante cualquier primer síntoma.
Cómo tratar los problemas auditivos derivados de la obesidad
Para solucionar los problemas auditivos derivados de la obesidad, es esencial abordar el sobrepeso. Aquí hay algunas medidas clave:
- Reducción del consumo de calorías: Seguir una dieta equilibrada para invertir el balance energético de positivo a negativo es fundamental. Esta dieta debe ser pautada por un médico.
- Práctica de ejercicio físico: Aumentar el gasto energético a través del ejercicio regular es crucial.
- Psicoterapia: La terapia cognitivo-conductual puede ayudar a cambiar hábitos de vida dañinos por otros saludables.
- Ayuda farmacológica: En algunos casos, se necesitan fármacos prescritos por un médico para lograr una pérdida de peso moderada.
- Cirugía: La cirugía bariátrica es una alternativa a largo plazo eficaz para tratar la obesidad cuando los planes dietéticos han fracasado repetidamente, siempre bajo recomendación médica.
Al abordar la obesidad de manera integral, no solo mejoramos la salud general, sino que también protegemos nuestra capacidad auditiva, asegurando una mejor calidad de vida.